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La selección de Paraguay indígena se consagró campeón de la copa indoamericana disputado en Chile, al vencer a su par de Colombia por 1 a 0.

El combinado paraguayo no solo venció a Colombia, también le dio una lección a los que discriminan en todos los sectores a las comunidades indígenas.

El choque ante Colombia le valió para lograr la ansiada presea, pero la lucha contra la discriminación y los reclamos de sus legítimos derechos, aún están en juego hace más de 500 años.

Basta con meterse tierra adentro para entender las pesimas condiciones en que viven los nativos. "Che ningo, ojapo 7 años ma la oñeprometehague cheve la ayudomi, pero koagaitepeve ndo ñe cumpliri", decía uno de los que resguardaba la seguridad en aquel entonces cuando habíamos visitado la comunidad de Lolita, unos 400 km hacia el Chaco.

Esta selección dejó en alto el nombre de Paraguay por demostrar, no solo la valía en términos futbolísticos, sino también por no resignarse ante las negativas respuestas, a sus eternos reclamos sobre la expulsión de sus parientes y miembros de las comunidades de donde habitan por mantenerse unidos para consolidar la solidaridad ante la falta de alimentos para mantenerse con energía para las prácticas.


El talento y la destreza física es un reflejo del sacrificio diario que realizan en sus labores del campo. Todo esto fue una motivación que también se plasmó en la final. 

Lo que dice la Federación por la Autodeterminación de los pueblos Indígenas 





Paraguay: Campeón de Copa América de Pueblos Indígenas


Encontré esta carta que dice: Cartes, ¿Qué pasó con los 23 mil pobres extremos que ibas a reducir? y una turbulencia de cosas pasó por mi cabeza..
Llama la atención la apresurada determinación de decidir la prórroga que concede el usufructo de la Ruta VII a la empresa Tape Porä faltando 7 años para el vencimiento del contrato inicial.
Los Senadores que, en la sesión del 25 de mayo, “aprobaron” con un supuesto 20 a 18 votos dicha concesión tuvieron que desdecirse en una Asamblea Extraordinaria posterior porque había sido empataron en votos.
Pero, queda como un nefasto antecedente que luego de haber aprobado la prorroga, los parlamentarios tengan que aplazar la aprobación de dicha concesión.
Todo esto con el agregado de que en la sesión del 2 de junio con estrategia “a la francesa”, Cartes lleva de paseo a Carlos Núñez, el voto clave que se oponía a la prórroga.
El artículo 10 de la Ley 1618 dice de forma clara que “ninguna autoridad y funcionario del Estado y los parientes de los mismos no pueden postularse a las licitaciones”, cuando que el padre del propio Ministro de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC), Ramón Jiménez Gaona, es uno de los accionistas del consorcio Tape Porá.
La deducción que podemos inferir es que al Presidente Cartes le quedan 2 años de mandatos y consecuentemente a los Ministros de las distintas carteras también…
En contrapartida los pobladores ovetenses sufren, según el comunicado del obispado, “el gemido del dolor de la enfermedad abandonado, la exclusión del progreso a una inmensa mayoría como son los campesinos e indígenas, la falta de acompañamiento a los más pobres en materia de educación. Asimismo, el inhumano desalojo que sufrieron en estos días 200 familias campesinas en el distrito de Mcal. López, donde las tierras pertenecían a un prófugo de la justicia por el asesinato del Intendente de la zona Rubén Acosta en el 2001.
Las tierras de este terrateniente jamás han sido expropiadas ni media hectárea”. En julio hará, exactamente, un año que el Presidente Cartes prometió a tambor batiente junto con la Secretaría Técnica de Planificación que reducirían los 23 mil pobres extremos que hay en el País, señalando, incluso, que para fines del 2015 ya demostrarían los primeros resultados.
Un gobierno ladeado por familias enteras viviendo miserablemente, como la madre y sus cinco hijos de Ybycuí, no puede prorrogar la atención a la falta de pan, techo y medicamentos a los más necesitados.
Debería, sí, junto con los parlamentarios postergar la atención de dudosas concesiones y atender lo urgente. Eso mismo claman los pobladores ovetenses: “estas son necesidades que no deben ser postergadas y merecen una respuesta sensible, pronta y efectiva. El bien común, es decir el bien de todo el pueblo paraguayo es el que debe primar ante todo, y no el de un solo sector, el empresarial, como lamentablemente ocurre en estos días con el estudio del proyecto para la nueva concesión del usufructo de la ruta Tape Porä”

PRIMERO PAN, TECHO Y MEDICAMENTOS; LUEGO RUTAS

El camino angosto y desconocido que se bifurcaba más allá del parabrisas despertaba cierta curiosidad.

La gran mayoría de los pasajeros del vehículo íbamos sin conocer el destino.

Con espíritu de aventura nos adentramos en la abandonada Villa Oliva, cuyo lugar era casi impenetrable en días de lluvia. 

Llegamos alrededor de las 5 de la tarde al borde del río, sin ningún pertrecho más que una caja de anzuelos. De pronto vimos llegar a Julio, el baqueano que venía en nuestra búsqueda.
Julio, de muy humilde condición era un pescador del lado argentino cuya fisonomía no generaba mucha confianza para cargar a tantas personas en la canoa. Nos advirtió que solamente podríamos viajar 4 personas en su escueta canoa.

Abordamos dicha embarcación con algo de beber y comer. Obsequiamos a Julio una caja de cigarrillos y nafta por la cortesía. 

Iniciamos el recorrido río arriba cuando el bello atardecer se desplegaba en el horizonte. Fue uno de los más bellos espectáculos que he visto. Me puse de espalda al rumbo que íbamos tomando. No quería ver lo que nos esperaba.

Cada quien vestíamos jeans y camisas mangas largas. Los mosquitos de gran tamaño acechaban sin compasión. Pero eso no me incomodaba tanto como el temor que cada vez se iba apoderando más de mi.

No teníamos ninguna protección.

De pronto cayó la noche y Julio nos dijo que lo que tal vez le costaría es cruzar <Para Boca>. No dejaba de mirar hacía la costa.

De pronto perdí de vista la costa y la correntada empezó a levantar cada vez más el bote.

Simulaba que no sentía miedo alguno. Millones de preguntas y respuestas revoloteaban en mi cabeza en ese momento. 

Luego de cruzar la fuerte correntada iniciamos un leve giro hacia la parte más ancha del rio.

No pensé en los 30 metros de profundidad del cual hablaban los demás tripulantes. Contemplé la luna y me tranquilicé.

En el oscuro horizonte se observaba el intenso relampagueo que preocupaba, aún, más. Pues, el regreso sería imposible en caso de lluvia.

Luego de unos 20 minutos de navegación logramos llegar a la otra costa para continuar remando y llegar a destino. Ese momento fue de mucho placer. Fue adrenalina pura.

Julio detuvo, repentinamente, la marcha para recomponer el hilo que sostenía el remo. Solucionado el problema, continuamos. 

Luego de 4 horas y 30 minutos llegamos a la casa de Julio cuya esposa e hijos nos recibieron con alegría. Cuando pisé tierra quería abrazar a todo el mundo. Estaba realmente feliz por continuar respirando.

Toda esa noche se tradujo en risas y bromas por la odisea.

Al día siguiente debíamos volver, según los últimos reportes meteorológicos, habría lluvia.. 


El viaje más largo de Julio